“Está muy desafiante!”
“Busca el límite”
“Se lo digo mil veces, lo entiende y lo vuelve a hacer”
“Le explicamos pero no escucha”
“Me mira para ver si lo miro y lo hace a ver qué hago”
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Cuando tenemos un peque con comportamiento disruptivo, desafiante, que parece querer llevarnos al límite de nuestra paciencia – en general pensamos que le faltan límites y que la solución viene por ahí.
Lo que sucede en realidad, la mayoría de las veces, es que está llamando la atención de una manera negativa, y lo ideal es desarmarlo!
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El pedido de atención, inconsciente, suele ser un pedido de amor! Necesita más atención y más mimos, y lo pide así, de manera negativa. Lo que pasa muchas veces es que nuestra reacción es abrupta, saltamos del asiento, gritamos, salimos corriendo… reacción que no tiene si nos llama por las buenas… ?
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Qué podemos hacer?
1- tiempo especial: con mamá y/o con papá, a solas, en exclusiva dedicación y conexión. Muchas veces estamos con ellos pero haciendo otras cosas y no dándoles taanta atención. El remedio es darles lo que necesitan, obvio!
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2- agradecer su cooperación: enfocar en lo bueno de su comportamiento, en cuanto nos ayuda que haya levantado la mesa. A veces no nos damos cuenta pero marcamos más el error que lo bueno
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3- pedir su ayuda: siguiendo con la línea de enfocar en lo positivo, en lo que puede contribuir. Me ayudas a colgar la ropa? A levantar la mesa? A hacer la cama?
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4- recordar las reglas sin enojo y actuar en consecuencia: muchas veces repetimos la regla a los gritos, o con el “ya te dije mil veces que…”, de mala manera, enojados, y el enojo desvía la atención del niño hacia cómo se siente el adulto y en su propio miedo, enojo o tensión por esto.
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5- conversar acerca de lo lindo que es estar tranquilos juntos: de nuevo enfocar en lo positivo, lo bien que estamos así tranquilos, disfrutándonos. El niño que busca atención negativa a veces tiene la impresión de que nos molesta, y en vez de frenar, molesta más!
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6- conversar acerca de lo que nos pasa con su comportamiento negativo: está bien poder decirles (una vez pasada la tormenta, es mejor) que eso que hacen no nos gusta, que nos enojamos si nos revolea cosas o nos pega, que así no la pasamos bien. No hace falta que lo digamos enojados.
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7- tiempo/actividad al aire libre: siempre funciona como válvula de escape. A veces, si se puede, la mejor respuesta ante los comportamientos desafiantes es salir, a caminar, a pasear, a la plaza, a andar en bici, en monopatin… una hora de actividad física.
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8- tiempo con otros adultos fuera de casa: en la casa de los abuelos, los tíos, la madrina, amigos… hace que mamá y papá renueven energía y paciencia y el peque tenga otro espacio donde recibir atención y divertirse.
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Espero que les sirvan estas estrategias para esos momentos en que la paciencia no alcanza y no sabemos cómo seguir. Muchas veces no podemos hacer todo esto, pero a veces, teniendo está información, entendemos mejor el comportamiento y sabemos cómo podríamos abordarlo. Tal vez hoy martes no podemos darle tanto tiempo especial, pero el sábado si, y entonces planeamos con tiempo algo hermoso. Tal vez hoy martes no hay ningún otro adulto con quién dejarlo, pero podemos arreglar para el jueves en la tarde. Probalo, y me contás!