Para +3
Resulta que a veces los adultos necesitamos que sucedan ciertas cosas con las que los niños NO están de acuerdo. Tal vez no lo sabía, o no has enofcado tu atención en esto pero generalmente, los niños tienen otra agenda, otras prioridades, otros deseos diferentes a los del adulto. Muchas veces son justamente opuestos. ¿Por qué deberían hacer aquello que quiere mamá o papá, si ellos quieren hacer justamente lo opuesto?
No, todavía no se quiere ir de la plaza.
No, todavía no se quiere ir a bañar.
No, ahora no se quiere lavar los dientes.
Sí, ahora le parece un buen momento para comerse 10 caramelos que juntó en la piñata.
Sí, hoy también quiere tomarse un helado!
No, no le importa que se está haciendo tarde para…
Lo que le importa a un niño es el AHORA. Y ahora quiere ir a la plaza, quiere seguir jugando, quiere comer helado. No mañana. Esto es porque aún les cuesta pensar a futuro, dilatar la satisfacción inmediata. La parte del cerebro que se encarga de eso está aún inmadura.
¿Cómo resolvemos esas cuestiones si no queremos convertirnos en la madre o el padre que termina enojado y gritando, o dando órdenes y amenazando? Una buena herramienta es: describir el problema desde ambos puntos de vista y sacar una conclusión, juntos.
“Martin tiene ganas de seguir jugando con sus autitos y no quiere ir a bañarse. El problema es que Martin necesita bañarse hoy, y necesita compañía para bañarse. Y mamá tiene tiempo ahora para acompañarlo. Después hay que cocinar, cenar, irse a dormir. Y mañana levantarse temprano para ir al cole. ¿Qué podemos hacer?”
Siempre es bueno pensar en búsqueda de soluciones. Si no hay alternativa, ¡toca ir ahora!
Y ahí si, aunque el niño siga sin estar de acuerdo, el adulto puede quedarse con la conciencia tranquila de que está obrando de manera justa, coherente, y eso sirve muchas veces para avanzar- ahora toca acompañar a bañarse igual, aunque el niño esté enojado.
Y no, no pretendemos que el niño coincida con nuestra idea, o esté contento, o colabore mucho con nuestro accionar. Puede que aún así, se muestre enojado y con ganas de seguir con su plan original.
¿Quiere decir entonces que la herramienta no funciona? Quiere decir que la herramienta funciona pero no siempre, no con todos los niños, no al primer intento. Lo importante es manejarse a repetición de una misma forma para que los niños entiendan cómo funciona el mundo, cómo funciona mamá o papá, cómo piensan, cómo el peque puede conseguir lo que queire alguna vez, cuándo saber que no queda alternativa, cómo si puede salirse con la suya. Están entendiendo el mundo y nosotros acompañamos ese camino, de la mejor manera que podemos. Con más herramientas, siempre es mejor.
De esta herramienta y otras 26 más hablamos en el taller «CÓMO HABLAR PARA QUE LOS NIÑOS ESCUCHEN» – Próxima edición: 5/03/24 – 9:30 am (Argentina)